Resistencia a fungicidas modernos en el manejo de enfermedades fúngicas
Artículos técnicos

Resistencia a fungicidas modernos en el manejo de enfermedades fúngicas

Por: Ing. Ricardo Astúa Marín
Director Laboratorio Agrícola Monreri – Costa Rica

La resistencia a fungicidas modernos se ha convertido en un desafío para la producción de flores de exportación del Ecuador. La epidemiología de Botrytis cirenea hace necesaria la aplicación periódica y frecuente de compuestos fungicidas que mantengan a la enfermedad bajo los umbrales de control permitidos para la producción de flores de corte. Factores como condiciones climáticas, susceptibilidad de hospederos, sistema de cultivo y la aplicación de fungicidas causan una fuerte presión de selección en la población de los patógenos mencionados. Esta condición ha generado que las cepas de cada patógeno sean altamente adaptadas al sistema y presenten una respuesta pobre o moderada a la aplicación de algunas familias químicas de fungicidas.

Los mecanismos de acción específicos de los fungicidas modernos causan un punto vulnerable para desarrollar resistencia de una forma acelerada según el tipo de compuesto. De esta forma se presentan dos mecanismos básicos de resistencia: el primero, llamado mecanismo poligénico o direccional, necesita la presencia de varias mutaciones en los organismos para generar la resistencia a una familia química determinada. Todos los fungicidas que presentan Inhibición de la Síntesis de Ergosterol (IBE´s) se ven afectados por el mecanismo poligénico. El segundo, llamado monogénico o disruptivo, es dominado por una o dos mutaciones primarias que afectan de forma agresiva su eficacia biológica. Familias químicas como benzimidazoles, estrobilurinas y carboxamidas se ven afectadas por este mecanismo.

La poca o mala rotación de las diferentes familias químicas en los programas de control va generando pérdida de sensibilidad de forma gradual hasta llegar a una condición de resistencia, lo que ocasiona serios trastornos a los programas de control e impacta de forma directa la productividad del sistema de flores de exportación.

Adama, a través de su programa Sensibility, ha realizado un diagnóstico de la condición de la sensibilidad de fungicidas usados para el control de B. cinerea con el objetivo brindar una herramienta que apoye la toma de decisiones a la hora de diseñar los programas de control, sensibilizando así al productor de flores en temas relacionados con la resistencia a fungicidas.

Sensibility tiene dos componentes: el primero es custodiar la sensibilidad de los productos Adama de uso en el cultivo de flores y, el segundo, evaluar la condición de sensibilidad de otros compuestos que no son propiedad de la compañía. Las muestras recolectadas son enviadas al Laboratorio Agrícola Monreri S.A. (Costa Rica) donde pasan por procesos como purificación, aislamiento (reproducción) y monitoreo de resistencia. 

Fig. 1. Placa petri infectada con B. cinerea.

Utilizando el método de inhibición del crecimiento radial de micelio, una vez trascurrido el período de incubación las muestras se colocan en la cámara de flujo laminar para su medición; finalmente, a cada lectura se le determina el porcentaje de inhibición con respecto al testigo sin fungicida y con ayuda de una escala logarítmica se le determina el EC50 a cada fungicida y a cada aislamiento. Normalmente se incluyen 3 aislamientos silvestres colectados en jardines cercanos a las áreas de producción. Estos aislamientos se utilizan como una referencia de la sensibilidad de B. cinerea cuando no se aplican fungicidas.

Usando el EC50 como parámetro para la discusión de los resultados se ha logrado hacer un diagnóstico y monitoreo muy preciso de la sensibilidad de B. cinerea a los fungicidas evaluados.  El EC50 es una medida utilizada para cuantificar la concentración de fungicida necesaria para inhibir el crecimiento de un patógeno en un 50%.

 
Fig 2. Curva de respuesta de B. cinerea al Pyrimethanil en cinco fincas productoras de flores.

El monitoreo de resistencia a fungicidas es un procedimiento científico que permite cuantificar las variaciones en la sensibilidad de los compuestos usados para el control de enfermedades. El uso correcto de esta herramienta hace que el programa de control sea articulado con mayor apoyo técnico debido a que se aplican criterios de rotación de algunos ingredientes activos (incluso familias químicas) que tienen poca efectividad. De esta forma la selección de fungicidas favorece los compuestos más activos y “descansa” a los que tienen baja efectividad.

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