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Interceptores de plástico en ríos latinoamericanos

Por: Angélica María Pardo López
angelicamaria30@gmail.com

Desde hace algunos años un joven holandés llamado Boyan Slat viene desarrollando innovadoras tecnologías para limpiar los desechos plásticos que pueblan los océanos y los ríos de nuestro mundo. En cuanto a los ríos, el nombre que le han puesto a dicha tecnología es el de “interceptor de plástico”. Se trata de un dispositivo que permite recoger de manera pasiva los desechos que flotan en los ríos antes de que desemboquen en el océano. El objetivo del proyecto es impedir que la basura de los 1000 ríos más contaminantes del planeta llegue al mar. 

A pesar de que el proyecto lleva apenas unos cuantos años, ya se han instalado 11 interceptores, cada uno de ellos ajustado a las necesidades de cada uno de los ríos sobre los que opera. Hay un interceptor en Indonesia, dos en Malasia, uno en Vietnam, uno en República Dominicana, tres en Jamaica, uno en Los Ángeles y uno en Guatemala. 

Sobre este último, cuyo diseño se desarrolla hace ya tres años y que aún está en su fase piloto, es del que quiero hablarles esta vez. 

El río en cuestión es el Río Las Vacas, uno de los afluentes del Río Motagua, el mayor río de Guatemala. El Motagua nace al interior de Guatemala y desemboca en el Mar Caribe, en la frontera con Honduras. En sus riberas viven cerca de cuatro millones de personas. Su contaminación es un tema que ha causado, como es de esperar, problemas entre ambos países. Se estima que el Río Motagua deposita anualmente en el Mar Caribe una cantidad de 20.000 toneladas de plástico, es decir, el 2% de toda la contaminación fluvial del mundo.  

Rio Motagua

El Río Las Vacas está ubicado en las proximidades de un relleno sanitario cuya basura termina parando en el río cada vez que llueve. Con las crecidas del río, algunos se refieren al fenómeno como un “tsunami de basura”. Sumado a estos residuos sólidos provenientes del relleno, hay un gran problema de disposición de residuos agrícolas e industriales, por lo cual la situación del cuerpo hídrico es verdaderamente seria. 

El Interceptor del Río las Vacas es una especie de gran malla de acero de 50 metros de ancho por 8 de alto que impide el paso a los residuos sólidos flotantes pero que no impide el fluir del agua. Es como un gran colador que se instala en el lecho del río en época seca. Cuando empiezan las lluvias y el río aumenta su caudal, toneladas de plástico y de basura van quedando rápidamente atascadas. Una vez el caudal disminuye, un equipo acude al lugar con los equipos necesarios (camiones y excavadoras) para retirar el material interceptado. 

Interceptor Piloto en el Río las Vacas en Guatemala

A pesar de que el Interceptor piloto es colosal, cuando se ensayó por primera vez (a finales del primer semestre de 2022) no aguantó más de tres minutos la inmensa presión ocasionada por el peso de la basura acumulada. Los ensayos siguen y se espera que próximamente el Río las Vacas deje de contaminar el Río Motaguas y, con ello, el Mar Caribe. 

Es claro que este trabajo no puede hacerse de forma aislada, requiere un esfuerzo coordinado con la administración pública y la ciudadanía, pues de nada sirve trabajar en las desembocaduras de los ríos si la gente y las industrias siguen disponiendo inadecuadamente los residuos que generan y continúan teniendo una actitud indiferente frente a este grave problema ambiental.  

En Ecuador, desde el año 2021, los representantes de la provincia del Guayas han iniciado contactos e incluso han firmado acuerdos con la empresa holandesa para interceptar los residuos plásticos del río Guayas, que desemboca en el Océano Pacífico. Con esto, Ecuador será el primer país sudamericano en sumarse a esta encomiable iniciativa. 

Todos los interceptores que se han instalado en los países al principio mencionados han contado con la cooperación de entes gubernamentales.

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